Una mezcla de riquísimos vegetales frescos forman esta original pizza.
Cantidad: 1 pizza
INGREDIENTES
Masa de pizza
2 tazas harina (240gramos)
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de azúcar
15 gramos de levadura fresca o ¼ cucharada e levadura seca
3 cucharadas de aceite de oliva
½ taza de agua tibia (125cc)
Cubierta de la pizza
250 gramos de tomates frescos o en lata
200gramos de ramitos de brócoli
2 zucchini chicos cortados en tajadas finas a lo largo
200gramos de espárragos frescos cortados en trozos
50gramos de arvejas congeladas (guisantes congelados)
1 cebolla grande cortada en rodajas finas
2 dientes de ajo picados
8 hojas de albahaca cortadas en trozos a mano
1 cucharada de mantequilla
¼ taza de aceite de oliva
Sal y pimienta negra recién molida
PREPARACION
Masa. Tamizar la harina, la sal y el azúcar.
Poner todo en un bol y agregarle la levadura directamente sin espumar.
Mezclar todo con las manos e incorporarle el aceite y agua tibia de a poco mientras se va revolviendo, hasta formar groseramente una masa blanda que se desprenda del borde del recipiente.
Volcarla sobre la mesa previamente enharinada y amasarla hasta que quede lisa, elástica y nada pegajosa.
Siempre con ayuda de un poco de harina pero sin excederse para que la textura de la masa no se altere.
Preparación de la salsa. Retirarle la piel a los tomates frescos y picarlos.
Poner en una sartén 1 cucharada de mantequilla y 2 cucharadas de aceite.
Llevar a fuego fuerte y dejar hasta que la manequilla esté derretida.
Agregarle, la cebolla cortada en rodajas, condimentar con algo de sal y dejarla que se rehogue un poco. Echarle los tomates picados y dejar que se vaya cocinando a fuego lento hasta que casi no quede líquido.
En la mitad de la cocción, agregarle el ajo picado.
Poner una cacerola con agua abundante, llevar al fuego y una vez que rompe hervor, agregarle los ramitos de brócoli, los zucchini cortados en tajadas y los espárragos frescos.
Cuando levanta hervor destapar la cacerola, dejar dos minutos y retirar.
Colar todo y dejar escurrir.
Poner 3 cucharadas de aceite en una sartén y una vez caliente agregar el brócoli, los espárragos y las arvejas, condimentarlos con sal y pimienta. Saltearlos unos minutos solamente y retirarlos. Los zucchini no.
Precalentar el horno a 200º (horno fuerte).
Una vez levada la masa, se vuelca sobre la mesa ligeramente aceitada y se comienza a amasar para desgasificarla y que tome su tamaño inicial.
Estirarla con el palote o apoyarla sobre una pizzera aceitada e ir acomodándola con las manos hasta que llegue bien a los bordes.
Estos deben ser un poco más gruesos que el resto de la masa.
Cubierta. Se cubre la masa con la salsa de tomate tibia sin que llegue a los bordes. Acomodar todo alrededor y en forma alternada, las ramitas de brócoli, los espárragos, las tajadas de zucchini, las arvejas.
De esta forma queda muy vistosa en colores.
Se termina con las hojas de albahaca trozadas a mano para que no se marchiten. Espolvorear la superficie con sal y pimienta recién molida, e hilitos de aceite de oliva.
Se cocina en la parte de baja del horno para que forme piso rápidamente.
martes, 5 de julio de 2011
lunes, 24 de mayo de 2010
Pizza vegetariana en tortilla de harina.
Preparación:
Precalentar el horno a 500 °F (esta vez sin la piedra para que la tortilla no se queme). Mientras tanto, agregar los ingredientes a las tortillas de harina en el siguiente orden: salsa de tomate, queso y vegetales.
Una vez que el horno esté listo, poner cuantas pizzas quepan en la piedra y calentar en el horno hasta que se vean deliciosas. Como ven, esto no es una gran ciencia.
Ingredientes:
Pimientos rojos y amarillos en tiras (al horno y sin la piel).
Aceitunas negras.
Tiras de cebolla.
Champiñones.
Salsa de tomate para pizza.
Queso mozzarella.
Tortillas de harina integral.
sábado, 6 de febrero de 2010
La pizza solidaria.
Uno de los pocos edificios que quedaron en pie en Puerto Príncipe tras el devastador terremoto que asoló Haití el pasado 12 de enero fue el que albergaba una pizzería. En medio de la miseria, rodeados de cadáveres que se descomponen en el peor de los olvidos, hundidos en la más cruel de las tristezas, los dueños de esta prestigiosa pizzería siguieron haciendo lo que mejor sabían desde hace décadas: preparar pizzas. Pero esta vez repartiéndolas gratis, a razón de mil por día, entre la población necesitada. Adelantándose a los EE UU y a la ONU, los dueños del restaurante organizaban colas para abastecer a los vecinos y así evitar aglomeraciones. Realmente, son estas pequeñas cosas, como cantaba Serrat, las que nos hacen llorar cuando nadie nos ve. Todo un ejemplo para el mundo.
Al igual que podríamos serlo todos los españoles, que, sin dudar y aun a pesar de sufrir una de las crisis económicas más duras de nuestra historia reciente, nos hemos lanzado a colaborar con Haití. Cada uno con sus medios y posibilidades: ir hasta allí para afrontar la catástrofe como médico, como bombero o como periodista (la solidaridad se mueve por imágenes e información), enviar un donativo con el móvil o desde nuestra cuenta del banco o, simplemente, no cambiando de canal ante la barbarie. Al contrario que en otras ocasiones, ahora hemos visto las imágenes de un país destrozado, de esos niños que se han convertido en niños de la calle, sin padres ni hogar; hemos visto las imágenes de todo un pueblo que no tiene nada que echarse a la boca. Las hemos visto y hemos actuado de inmediato.
Ésa es nuestra solidaridad: aprender a quejarnos un poco menos para darnos a los demás, a los que verdaderamente lo necesitan. Haití era el país más pobre de América. Ahora, tras el terremoto, puede que se haya convertido en el país más pobre y endeudado de la Tierra. La sociedad entera, como ejemplo de que un mundo mejor es posible, ha colaborado sin dudarlo ni un momento. No así los gobiernos, que, aturdidos por la magnitud de la tragedia, se paralizan y, como siempre, empiezan a actuar por detrás de los ciudadanos. Ahora mismo, se debate en la Conferencia de Montreal si condonar o no la deuda histórica de un billón de dólares a Haití para hacer así más rápida y sencilla la reconstrucción del país, una reconstrucción que va a costar muchísimo más de lo que ya debe. De no perdonar esa deuda, Haití estaría aún más endeudado con el Primer Mundo y no podría reconstruirse con las estructuras necesarias que afiancen sus edificios y un Gobierno que garantice la seguridad de sus ciudadanos. Eso quiere decir que si no levantamos la mano ante situaciones trágicas como la vivida en las Antillas, el Tercer Mundo seguirá endeudado para siempre. Sin embargo, si se le perdona la deuda histórica a todas las naciones pobres para que de este modo todos puedan comenzar desde cero a forjarse el destino por su propia cuenta…
Es pura utopía, ¿verdad?
El primer paso está dado: la solidaridad del mundo ha hecho que, desde el trágico suceso, nadie se haya olvidado de Haití ni un instante. Esperemos que los gobiernos hagan lo mismo. Será un examen que tendrán que pasar ante los ojos de la población mundial y de la Historia. Ojalá obtengan buena nota.
De momento, la pizzería de Haití se ha adelantado y ha marcado la dirección adecuada. Su emocionante gesto solidario quedará marcado para siempre en la memoria de los haitianos. Y en el mundo, a partir de ahora, la pizza tiene un ingrediente más: la solidaridad.
Al igual que podríamos serlo todos los españoles, que, sin dudar y aun a pesar de sufrir una de las crisis económicas más duras de nuestra historia reciente, nos hemos lanzado a colaborar con Haití. Cada uno con sus medios y posibilidades: ir hasta allí para afrontar la catástrofe como médico, como bombero o como periodista (la solidaridad se mueve por imágenes e información), enviar un donativo con el móvil o desde nuestra cuenta del banco o, simplemente, no cambiando de canal ante la barbarie. Al contrario que en otras ocasiones, ahora hemos visto las imágenes de un país destrozado, de esos niños que se han convertido en niños de la calle, sin padres ni hogar; hemos visto las imágenes de todo un pueblo que no tiene nada que echarse a la boca. Las hemos visto y hemos actuado de inmediato.
Ésa es nuestra solidaridad: aprender a quejarnos un poco menos para darnos a los demás, a los que verdaderamente lo necesitan. Haití era el país más pobre de América. Ahora, tras el terremoto, puede que se haya convertido en el país más pobre y endeudado de la Tierra. La sociedad entera, como ejemplo de que un mundo mejor es posible, ha colaborado sin dudarlo ni un momento. No así los gobiernos, que, aturdidos por la magnitud de la tragedia, se paralizan y, como siempre, empiezan a actuar por detrás de los ciudadanos. Ahora mismo, se debate en la Conferencia de Montreal si condonar o no la deuda histórica de un billón de dólares a Haití para hacer así más rápida y sencilla la reconstrucción del país, una reconstrucción que va a costar muchísimo más de lo que ya debe. De no perdonar esa deuda, Haití estaría aún más endeudado con el Primer Mundo y no podría reconstruirse con las estructuras necesarias que afiancen sus edificios y un Gobierno que garantice la seguridad de sus ciudadanos. Eso quiere decir que si no levantamos la mano ante situaciones trágicas como la vivida en las Antillas, el Tercer Mundo seguirá endeudado para siempre. Sin embargo, si se le perdona la deuda histórica a todas las naciones pobres para que de este modo todos puedan comenzar desde cero a forjarse el destino por su propia cuenta…
Es pura utopía, ¿verdad?
El primer paso está dado: la solidaridad del mundo ha hecho que, desde el trágico suceso, nadie se haya olvidado de Haití ni un instante. Esperemos que los gobiernos hagan lo mismo. Será un examen que tendrán que pasar ante los ojos de la población mundial y de la Historia. Ojalá obtengan buena nota.
De momento, la pizzería de Haití se ha adelantado y ha marcado la dirección adecuada. Su emocionante gesto solidario quedará marcado para siempre en la memoria de los haitianos. Y en el mundo, a partir de ahora, la pizza tiene un ingrediente más: la solidaridad.
martes, 26 de enero de 2010
Pizza de verduras, aguacates y jamón.
Descripción de la receta pizza de verduras, aguacates y jamón:
Una pizza llena de vitaminas con aguacates, verduras, queso, tomate, jamón cocido y jamón serrano.
Ingredientes necesarios para preparar pizza de verduras, aguacates y jamón:
70 g de jamón cocido.
25 g de jamón serrano.
1 aguacate.
40 g de maíz dulce.
30 g de brotes de soja.
40 g de apio en conserva.
80 g de zanahoria en conserva.
4 cucharadas de salsa de tomate casera.
40 g de mozzarella rallada.
10 g de pipas de girasol.
10 g de pipas de calabaza.
Para la masa:
200 g de harina integral.
10 g de levadura prensada.
100 ml de agua.
aceite de oliva.
una pizca de sal.
Preparación de una pizza de verduras, aguacates y jamón:
Primero preparamos la masa, para ello pon la harina con la levadura en la encimera y haz como un volcán (si quieres puedes hacerlo en un bol grande o en la thermomix en caso de que la tengas). Añadimos en el centro el agua, un chorrito de aceite y una pizca de sal. Mezclamos todo bien y lo amasamos hasta conseguir una pasta suave y flexible.
La colocamos en un bol, la tapamos con papel de plástico y la dejamos reposar durante 30 minutos para que fermente.
Pasados los 30 minutos untamos la bandeja del horno con un poco de aceite y ponemos la masa en ella dándole forma redondeada.
Distribuimos uniformemente el tomate sobre la masa, esparcimos de forma más o menos uniforma por encima el apio, la soja, la zanahoria, el maíz, el jamón cocido y el serrano, estos últimos cortados en tiras. Pelamos y cortamos el aguacate en medias lunas y lo colocamos por encima.
Por último añadimos la mozzarela y horneamos a 210º C durante unos 15 minutos (como siempre el horno debe estar precalentado). Ponemos las pipas en una sartén y las tostamos.
Sacamos la pizza, la decoramos con las pipas por encima y la servimos enseguida.
miércoles, 20 de enero de 2010
PIZZA A LA MARINERA.
Ingredientes
Masa de pizza.
50 g de atún.
Mejillones.
1/4 litro de salsa de tomate.
Queso para fundir.
Aceitunas verdes.
Preparación
Unta la base de la pizza con la salsa de tomate. Pon el atún desmigado y la carne de los mejillones previamente cocidos en agua con sal. Coloca las aceitunas y cubre con el queso. Introduce en el horno a 200º, 20 minutos.
lunes, 23 de noviembre de 2009
Receta de una Falsa Pizza
Falsas pizzas:
Pizzas hechas con pan de molde, tomate frito, queso y lo que quieras, ideales para picoteo o cenas.
Tiempo de preparación:
10 Minutos
Tiempo de cocción:
10 Minutos
Receta para:
2 personas
Ingredientes:
- 4 rebanadas de pan de molde.
- 8 ó 10 cucharadas de tomate frito.
- 1 sobre de queso rallado u 8 lonchas de queso en lonchas.
- 8 lonchas de jamón cocido, mortadela, chorizo, salchichas en trocitos ..... lo que más te guste.
Orégano.
Preparación:
Encender el horno con la parte de arriba encendida, a 170ºC.
Poner las rebanadas de pan el la bandeja del horno, untalas con el tomate, poner encima el jamón, fiambre, salchichas o lo que hayas elegido, cubrirlo con el queso y espolvorearlo con el orégano.
Meter en el horno hasta que esté fundido el queso y tenga un poco de color.
Sacar del horno y consumir inmediatamente.
Esta receta permite dar rienda suelta a tu imaginación y también aprovechar sobras como pollo, dos tristes salchichas en un paquete, un poco de chorizo que nadie se quiere comer, etc.
** El tiempo de cocción puede oscilar de entre 5 a 10 minutos**
"Que lo disfrutes, y Buen Provecho."
Pizza de Rúcula y Jamón Crudo.
Esta pizza de rúcula es una variación deliciosa, fresca y moderna de un clásico.
Ingredientes:
- Un bollo de masa de pizza básica.
- 50 gr. de jamón crudo.
- Un diente de ajo.
- Orégano, ají molido y perejil picado, una cucharadita de cada uno.
- Queso mozzarella rallado grueso, media taza.
- Queso sardo o parmesano rallado grueso, media taza.
- Aceite de oliva, un pocillo.
-Rúcula fresca, levada, seca y sin raíces, un paquete.
Preparación:
- Calentar el horno durante 20 minutos a temperatura máxima.
- Pincelar con aceite una pizzera.
- Estirar el bollo para pizza en la pizzera con los dedos hasta que quede bien fino. Queda mejor con los dedos que con palote porque la masa adquiere una textura más desigual.
- Picar el ajo, distribuir sobre la masa. Espolvorear con el ají y el orégano. Distribuir los dos quesos parejamente. Rociar con una cucharada de aceite de oliva.
- Llevar la pizza al horno en el estante más bajo diez minutos. Cuidar que no se queme.
- Cortar el jamón crudo en tiras y ubicar sobre la pizza. Dejar dos minutos más en el horno.
- Retirar la pizza del horno. Inmediatamente, ubicar por encima la rúcula, salar y rociar con abundante aceite de oliva. Dejar tres minutos (el calor de la pizza “desinflará” la rúcula.)
- Servir caliente o tibia.
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